70 AÑOS DEL COLEGIO IGNACIA VELASQUEZ DE MOYOBAMBA
En la catedral reencuentro después de 50 años |
Catedral antigua (Izquierda)y actual (derecha ) |
Solo bastó una llamada telefónica para despertarme de un letargo y hacerme vivir la emoción de tener que reencontrarme con mis amigas de colegio, compañeras de tantos años de estudios, es cuando recién empiezo a pensar en el tiempo vivido y en el tiempo pasado, cuando me invitan a celebrar las bodas de oro de la promoción del colegio Ignacia Velásquez, nuestra alma mater lugar donde vivimos tantas emociones, alegrías, tristezas, de vencer retos, todo ha quedado en nuestras mentes, cuando recordamos que al son de las selectas notas musicales de grandes intérpretes en fila de dos caminábamos rumbo a nuestras aulas para cambiarnos el uniforme por una bata de trabajo a rayas verdes, con la sutil armonía de los sonidos, la brisa fresca de la mañana que nos invitaba a esperar al profesor con cariño y gozo de poder aprender algo más en la vida.
Primera recepción a las ex alumnas |
70 años I.E. por la municipalidad de Moyobamba (plaza de armas) |
No era extraño el día lunes empezar la mañana con el
profesor de química Rubén Ponce
Chirinos, nos presionaba y deleitaba con sus pruebas de aptitud
académica, aparte de las clases, nos
daba lecciones de cultura general, eran
tiempos bellos donde memorizábamos
formulas, peso atómico y luego ir
al laboratorio para plasmar en realidad lo aprendido. Nunca
faltaba la voz inconfundible de nuestra querida
profesora Elvira cabello Arenas, una bella arequipeña que nos deleitaba en cada ceremonia del colegio
sin descuidar sus sabias
enseñanzas. Es bueno recordar que eran tres las que llegaron desde lejos, la
profesora Elvira, Euladia Paiva y Jesús Mostacero, mujeres que dejando todo, amaron esta tierra bendita, disfrutaron de su comida
eran invencibles dando lo suyo para enseñarnos, inolvidables en el tiempo.
Invitadas a izar la bandera |
Promoción 63 visitando las aulas |
En los baños termales |
La Directora Josefa Joaristti,
era implacable en la disciplina y nadie rompía la norma ,el horario era rígido y no había tregua, la que ponía la parte artística era
la madre Dolores, quien daba el
toque de elegancia ensenándonos danzas, música, a tocar castañuelas, panderetas etc., eran épocas donde todos
andábamos buscando que ropa lucir en el siguiente evento.
La ayuda espiritual que las madres
mercedarias, ponían en su enseñanza han hecho de nuestras vidas las más productivas en valores y tantas cosas buenas que
tiene que atesorar la persona. Gracias a todos los que nos formaron.
Con la presencia de compañeras hoy grandes profesionales, mujeres que van forjando la historia de nuestro país, es más gratificante celebrar estas bodas de oro, no llegamos todas pero estoy segura que las que no acudieron fue por razones muy entendibles, pero que, en el corazón también han sentido esta efemérides.
Con la presencia de compañeras hoy grandes profesionales, mujeres que van forjando la historia de nuestro país, es más gratificante celebrar estas bodas de oro, no llegamos todas pero estoy segura que las que no acudieron fue por razones muy entendibles, pero que, en el corazón también han sentido esta efemérides.
Jesús Mostacero(blanco) al lado de sus ex alumnas |
Fue la catedral de Moyobamba, mudo testigo de nuestro primer
encuentro, cuando nos preguntábamos, a ver reconóceme quien soy y muchas veces no
nos reconocíamos, luego con el ir de las horas
ya vimos en cada una los gestos familiares inolvidables y que nos hicieron reír de no saber quiénes éramos a primera vista, es atendible
que después de tantos años de
ausencia ,no nos reconociéramos, es que en la memoria siempre estaremos en épocas hermosas de la adolescencia, como
diría el poeta para mí siempre tendrás
catorce y no quiero pensarte de otra
manera.
Llegaron desde Trujillo Juanita Izquierdo, Anita
Olórtegui Rojas acompañada de su hermana
Alicia Olórtegui, desde Chiclayo Carmencita Aliaga, acompañada de su
escultural hijita, desde Lima Carm
elita Reátegui Vásquez con la compañía de su hijo Abrahán, así como Carmelita Sivina Hurtado, Isabel Díaz del Águila y su esposo, también estuvo Estelita Iglesias y su esposo, sin olvidar las anfitrionas Bertita Bardález Díaz, Irma Salas Pilco, Adelma Villacorta y Estelita Amacifuen Ruiz y esta su servidora clara Díaz Hidalgo y mi primogénito Christian que desde Pucallpa logramos llegar a este encuentro de amistad.
elita Reátegui Vásquez con la compañía de su hijo Abrahán, así como Carmelita Sivina Hurtado, Isabel Díaz del Águila y su esposo, también estuvo Estelita Iglesias y su esposo, sin olvidar las anfitrionas Bertita Bardález Díaz, Irma Salas Pilco, Adelma Villacorta y Estelita Amacifuen Ruiz y esta su servidora clara Díaz Hidalgo y mi primogénito Christian que desde Pucallpa logramos llegar a este encuentro de amistad.
Después de salir del río Mayo en Tingana |
Hemos disfrutado de su comida, cecina
con tacacho, juanes, inchicapi de gallina y las ricas tilapias en el restaurante
turístico el paraíso, así como en
el Milán
y otros lugares de esta
región, pero tengo que reconocer
que los anfitriones de mi
alojamiento de casa hospedaje el portón, se pasaron, mis felicitaciones por la calidez
de su atención a don Alfonsito
Reina y Sra.
Promocion visitando el colegio |
En esta hora que me toca vivir la celebración de estos cincuenta años
Al llegar a esta ciudad después de tantos años vienen a mi memoria recuerdos vividos con realidades diferentes, horas bellas, tiempos que no vivía en años, estos hermosos recuerdos donde yo me acomodaba como una niña adolescente y me refugiaba a gozar de la soledad y la frescura que me ofrecía esta bella ciudad, mi casa y mi colegio, este aroma de olor a orquídeas, donde los perfumes de la zanga- pilla , embellecen mi espíritu vuelven y aroman este momento
y me acomodo nuevamente en
tu regazo querido colegio, el más
hermoso de mi juventud Ignacia
Velásquez, fuiste breve en mi vida pero
con un recuerdo eterno e inolvidable.