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jueves, 25 de octubre de 2012

SEÑOR DE LOS MILAGROS

CRISTO MORADO DEL PERÚ

Dentro de tantos papeles que llegan a la radio, a través de mi casillero, encuentro  una nota extraviada que posiblemente alguien dejó para darle lectura en el programa, cojo le doy su  tiempo, es una nota que me llama la  atención, y creo  importante  compartir  con ustedes  y dice:
Muchas veces la vida  nos pone retos  que  nos volvemos locos irritables, por que no encontramos la solución al problema, a veces sufrimos por amor,  otras veces  tenemos la idea del amor tan sesgada, pensamos que la  persona  ideal  para nuestros  gustos  tiene que  ser  perfecta,  esto cuando se trata  de  buscar pareja.
Si elegimos una carrera  dudamos, y no sabemos  si estudiar  o no,  pero estamos  nerviosos, y pensamos, puede que no me de, los  dividendos  económicos que  quisiera,  nos sentimos incómodos  en la universidad y nos damos cuenta  que cada día  hay mas vacío  en el corazón, y  optamos  por abandonar la misma y buscar  otra alternativa. Y  finalmente  nos damos  cuenta que perdemos  el  tiempo, esta experiencia  yo la pude vivir  por que  nadie puso mano dura en mí vida, que Horror.
Pero  hoy   me doy cuenta  que mi  hijo, sale de mi control y veo  la solución de este problema  tan distante, es  cuando empieza la tragedia  en  mi  hogar, pero si a esto le acumulo  a  que el  ídolo de barro que había elegido como pareja, no es la personita que  yo creía, por que a diario me  sorprende con  nuevos comportamientos,  palabras,  o poses, me pregunto por qué en  una  época  tan  difícil, recién me doy cuenta y esto llega, como  un huracán y me cierra el camino y tengo tantos problemas,  que no sé,  por donde empezar, y  me siento   defraudado de la vida y creo  que el mundo se me acaba y no tengo a donde recurrir.
Pero  tengo muchos amigos,  puedo contar con ellos, pero  no  me dan   la solución que yo deseo, uno me dice,  busca  en el señor  el espacio de paz que estas necesitando, el otro me dice  casi igual, el otro no quiere opinar entonces,  me encuentro entre la espada y la pared, y empiezo y hago memoria de los años idos  y cuanta alegría  había  puesto  en mi juventud, mis ilusiones eran  tan alentadoras  y creía en  la vida y ahora  estoy en un túnel  que me asfixia  y no se donde encontrar el oxigeno que necesita mi alma  con urgencia, pienso y me resisto a creer a mi amigo  que me dio la receta,  pero no puedo más.   
Hoy debo  arrodillarme no aguanto  más,  justo en  el mes morado y pedir al Señor de los Milagros que me conceda lo que tanto ansío, paz, para este corazón que está solo y sediento de encontrar un camino y solucionar todos los problemas  y que cargo noche y día y nadie ningún  psicólogo ha podido quitar siquiera  un minuto, este dolor, esta desesperanza  que acompaña mi vida  y quiero gritar,  correr, pedir auxilio y me contengo para  no ser motivo de risas. Toda la noche  pienso y me rindo y me arrodillo y clamo  a ese Dios de los peruanos  y  que les ayuda, yo estando  en esta tierra amazónica peruana, ¿porqué no pedir a este cristo milagroso, por  tantas cosas que me abaten, y me desesperan? Tengo que  confesarle que  la  ambición de poder me mata, poder de  dinero. ¡Dios¡, ayúdame, me gusta derrochar, gastar,  tengo delirio de tener  la mujer de mi prójimo, las ansias de sacar dinero de donde sea, pero mi  correr por la vida sin luz, siempre en penumbra me ata y me  obliga a vivir en un mundo lleno de cosas que no entiendo y pido a ese Dios que recorre  las calles , que entre en mi y me de,  la paz que busco, me doblego  y lloro y me canso de llorar  y pido perdón  y saque los odios de mi corazón y pueda perdonar  a todos  los que me hicieron criticas aquellos que me engañaron solo por utilizarme y digo, Señor estoy aquí  queriendo cambiar y ser uno de tus hijos, en este mes donde todos se rinden ante ti y claman sus  dolencias y vuelven felices a compartir con sus familias, señor ayúdame  a cambiar,  quiero ser otro,  quiero cambiar de rumbo y tenerte  siempre,  no dejarte ir, Señor  quédate  conmigo, señor te necesito.
Al interpretar  esta nota pienso que,  el que describió su calvario ya  debe  estar  en paz,  por que el Señor  trae paz, trae alegría, también trae perdón, es cuando  viene  a mi memoria  un 11 de octubre del 2001, cuando al medio día,  soportábamos  un calor infernal en Pucallpa, de  pronto vino un vendaval, con  lluvia que parecía  un diluvio y me encontraba en casa,  en mi oficina justamente  escribiendo algo para  el programa del día siguiente, cuando escuché  un estruendo  y salí  corriendo  hacia la calle  no importó la lluvia, me acordé que las  torres gemelas, hacía un mes   se habían caído, esto era para no olvidar.
Cuando pasó la lluvia y el viento, me di cuenta, que el tercer piso de la vecina  de la esquina había volado mas de 60 metros y vino a meterse en mi casa, felizmente  solo se malogró parte de ella, y yo estaba  viva  y sana, lo que me impactó fue  que  la pared deteriorada, estaba intacta, venía   planificando arreglarla. Miré, el resto de la casa estaba destrozada,  es cuando veo el cuadro del Señor de los Milagros al frente en la pared, desafiante,   como  que quisiera decirme,  aquí no pasó nada, es cuando  me inspiré y escribí este poema.  Bajo el titulo: Todos pasan.


Todos pasan
Miran mi destronado imperio
Entorpecen sus miradas fruncen  el seño  y se van
¿A dónde?  No lo se.
Van llevando  sus propias amarguras
Ni siquiera  pueden saborear  las agrias delicias
Con sabor amargo… no hay amigos
De saber que vino la negligencia
Envuelta en viento,  golpeó  con furia mi techo
Me arrancó el nido y me recordó que no debo morir
Porque   me esperan mi gente
Porque   me esperan mis  niños
Porque  me esperan mis ciegos
Y por que el señor  espera que
Trabaje para él
Y   me dice
¿Acaso has tardado en entender
Que estoy adornando tu pared
Y tu corazón lejos de mí?
Calma tu acalorada hora  y piensa
Que algo bueno  ha de venir
Si las corrientes  traen  rabia
Si el vendaval  trae lluvias
Es por  pura casualidad
Donde hay  esperanzas  hay gloria
Donde  hay vida, hay una mañana mejor
Y donde hay un corazón  que ame,
Ahí  estoy yo.

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